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Abrazá tu Vida | Amor, relaciones y desarrollo personal


Jun 23, 2022

Enfrentar una ruptura no es un tema fácil, al margen del tiempo que haya durado la relación, terminar tiene múltiples duelos, pues se termina una relación, un proyecto de vida, cambia la forma en la que administramos el tiempo, a veces cambia el entorno social, familiar, cambian las rutinas y mucho mas.

El desapego es un proceso que implica un enfoque realista, no centra en “me hubiera encantado…”, “yo imagine……”, “yo deseaba …..”. Ver las cosas de esta forma nos apega a lo que ya no es, hace de la separación un proceso más complicado y doloroso.

Preguntarse ¿por qué no funciono? Es válido si te lleva a revisar tus patrones de conducta, tu forma de expresar afecto, tu estilo de comunicación, en fin, es sumir lo que es tu responsabilidad, para modificar, en caso de que sea necesario, patrones de conducta o ideas para bien, para que en tu próxima relación tenga una mayor probabilidad de estabilidad.

Ahora, ¿por qué no funciono?, no cabe dentro de la negación, evasión de la realidad, que te hace pensar que algo mágico va a pasar y te mantiene viva la esperanza. La realidad no se puede interpretar, ésta se asume, si dejó de funcionar, es momento de avanzar ¿cómo se avanza? Asumiendo que es momento de sanar, recuperarte de tu duelo, buscando ayuda, leyendo, haciendo cursos y talleres, lo que sea, es moverte para buscar tu paz interior.

Aferrarse a lo que no es, construye sueños rotos, limita tu visión, pues te quedás en el dolor y esto no te permite ver nuevas opciones.

 

Ante una ruptura, mirá los hechos, éstos nos trazan la tuta para comprender, qué fue lo que paso.